Por muchos años he pensado que nuestras experiencias en la vida nos cambian físicamente y formas como funcionan nuestros cerebros. El cerebro no tiene que ser traumatizado físicamente para ser lastimado; el trauma psicológico lo hará también.
Dos artículos de ScienceDaily.com que leí how hablaron de aspectos interesantes de esta verdad.
El estrés crónico experimentado por los primates infantil conduce a comportamientos temerosos y agresivos, los cuales están asociados con cambios en la producción de la hormona del estrés y en el desarrollo de la amígdala.
Studies report early childhood trauma takes visible toll on brain. (en inglés)
Se encontró que cuando la exposición a la violencia aumentó, disminuyó la reactividad del cortisol, por lo que la reactividad del cortisol se atenuó; fue un efecto de habituación.
Exposure to Violence has long-term stress effects among adolescents. (en inglés)
Me he interesado en y investigado esto recientemente porque uno de los caracteres principales de la historieta sufrió trauma psicológico extremo y también fue expuesto a la violencia cuando era niño y adolescente. Ha afectado su carácter y comportamiento como adulto. Parte de nuestra historia es observar como este caracter maneja y eventualmente supera sus experiencias traumáticas (sus “demonios”). Verán lo que quiero decir cuando la historieta por fín empiece. Dirán, “tal fulano es un malo!” o algo hasta que aprendan que le ha pasado en la vida.